La depresión es un trastorno cerebral y en algunos casos puede ser severa. Generalmente la persona se siente triste o “vacío”, tiene una pérdida de interés y disfrutar de sus actividades favoritas, una disminución de su vitalidad que lleva a una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo. Además, puede presentar disminución de la atención y concentración.
Pérdida de la confianza en sí mismo y sentimientos de inferioridad. Puede sentirse culpable, inútil, sin esperanzas o irritable, ansioso Tener trastornos del sueño (no poder dormir o dormir demasiado). La pérdida o aumento del apetito. Tener ideas de muerte o de suicidios que pueden conllevar inclusive a actos suicidas o de autoagresiones.
Dependiendo de la duración y severidad de los síntomas la depresión puede diferenciarse en leve o grave (mayor).
Las causas de la depresión son múltiples incluyendo factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos; es más frecuente en mujeres y si bien puede aparecer en cualquier edad, generalmente empieza en la adolescencia y puede presentarse de manera no típica en la cual la ansiedad, el malestar y la agitación psicomotriz puede enmascarar los síntomas depresivos así como irritabilidad, consumo excesivo de alcohol, comportamiento histriónico, exacerbación de fobias o síntomas obsesivos preexistentes o por preocupaciones hipocondriacas.
El diagnóstico y tratamiento de depresión lo debe realizar un médico con experiencia, entrenado en manejar salud mental.
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